miércoles, 29 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - POEMAS DE AMOR

JAIME LEÓN CUADRA (MONSIEUR JAMES)

CUANDO ME HABITA EL DESEO


Cuando me habita el deseo
Y la soledad se recoge profunda
Vuelve a mí el dolor que alumbra
Las quimeras del pasado.

Entonces en estoica desazón
Pesadumbre y congoja
No existe aún quien acoja
Las penas del cuerpo herido.

Comienza el oscuro desvarío
A quebrantar el presente incierto
Pero se alza un verso en el remanso
Que aunque duele te recuerda.

Me quito del cuello la cuerda
En un intento sobrehumano
Y con mi propia rabia y mis manos
Acabo con el deseo mientras escribo.

martes, 21 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - POEMAS DE AMOR


MÓNICA LÓPEZ BORDÓN

EL BRILLO DE ALGUNAS HORAS COMPARTIDAS

Cuando me hablas

me quedo tan desnuda en mis venas

derribadas y cautivas en tu fuego

que le pongo acentos a la noche

silenciosa y sigilosa entre los lirios

de locas mujeres que aparecen,

en pequeños retazos,

cuando me hablas,

a orillas de mi vida,

entre el hechizo del mar

y el vértigo de alguna locura.

Me abandono a ese brillo

de algunas horas compartidas

que me dejaron tan despojada

en mi carne, conmigo,

tan en medio de una madrugada arrasada

donde hablaban los cuerpos y las leyes de la carne

tan violentas, tan palpitantes.

Latiendo en pulso

sigo mirando el resplandor,

esperando la Aurora con sosiego,

una palabra,

un brillo sobre la lejanía.


Mónica López Bordón

http://vivirparacontarlaconpoesia.blogspot.com

Cuadro: “Venus” de Pierre Henri Picou

domingo, 19 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - POEMAS DE AMOR



URHANYA Ma GJ.

TEJADOS DEL ALMA


amarte es querer arrancarle a esta noche
las estrellas que atormenta mi morada
colocar sus pendientes de luz y sombra
en los tejados del alma
amanecer en las mareas de tus sabanas de almizcle
con el canto rojo del petirrojo
en el solfeo que gravita goteando notas de sándalo
ser molino que triture los almibares de tu boca
hasta fundirnos en lo exquisito del infinito
en el arrebato de arboles
que abrazan nuestra piel de ébano
esperando una gota de tus versos
que florecen con tu beso arcaico
ser la doncella que se columpia
en cada uno de tus sueños
ser tu princesa la que solo canta
con la alhaja de la luna
en el palacio de tus parpados
eres lluvia en mis ojos si no te tengo. si no te amo
si no te amo a donde irán volando mis brazos
en que calabozo se guardaran mis ojos
en que silencio se partiran mis labios
si no te amo cerrare mis ojos con candados
para seguir amandote desde la la otra orilla
que no te ha olvidado

TEMA DE ANTOLOGÍA - POEMAS DE AMOR



URHANYA MA G.J.

NUESTRAS BOCAS SE BESARON


Mojé tus labios preñados de lunas, cual rosal de un rosario
con los tintes de mi escritura
barbarie perfume tu angosta abertura
barcaza de grandes constelaciones,
con los humeantes tejidos que esculpen suspiros...
remolinos en el vaho esplendor de tus otras criaturas,
donde sueño contigo, de humedades
despojadas de esa otra abreviatura,
de esa cerradura donde sólo tú tienes la llave.

Eres esa caricia suave , llamarada en mí sangre
eres ese vino tortuoso que abre las celdas de mis venas
me llevas al templo alado de tus otros dioses,
¡magnánimo fluir de enredaderas!
haciendo faenas, robándole a la noche un soneto de estrellas
meciendo los columpios de una utopía en enjambre
pandero que sacude este esplendor vuelo de nuestro mágico brebaje.

Mestizaje donde reza la lengua del amor,..
moraré besándote
esgrimiendo con las mareas de tus otros minerales
mientras rimamos en nuestra linda pecera
te adoraré como un sol fundido
como un rey coronado con mis latidos
te besaré con todos los colores de nuestro ser infinito
estaré persignándome con cada beso
con cada beso plantaré una flor roja como mi pecho
llamándote amor con la crisálida espuma que canta en recital con vos.

De esos besos primitivos a orillas de esa lluvia fugitiva de tu marque nos vuelva fruta tierna o algarabía de Venus en su tierracampanarios recorriendo las calles del beso
en el cuarzo licor de tu versopor nuestros jardines llenos de valles
he de amarte tanto boca de mi almacomo un ruiseñor dando alimento ,
una mariposa dentro de un beso.Reme hacia los brazos de tu elixir,néctar del pecadoel mar rojo arrebato mi pecho colapsadocon su sudor ácido de su boca árida y dementedeje fluir la locura con su jugo dramático y fervientehasta que la geometría habitual de mis sentidoste llevase tan adentro que no escapara tanto amor del suelo de mi cuerpo y del cáliz donde fuiste y eres devoción.

Te amé tanto que fui fugitiva de tus minas de diamantes,en el desierto desnudo nos crecieron girasolesera el corazón ardiendo traspasando los muros del silenciofue tu boca o la mía no recuerdo ... solo sé que fue la mejor canción de amor que floreció volviéndose tormenta,germinando continentes.

TEMA DE ANTOLOGIA - POEMAS DE AMOR




URHANYA MA G.J.

AMOR INFINITO


Eres el dulce veneno que destila como ofrenda
en la vertiente anáfora del pronombre concedido
el amor mil veces ofrecido con su luna crecida
altar catarsis lenguas de fuego conjugando el otoño enrojecido
corteza frondosa, trigo de pieles que vuelve a la noche mestiza
doncella tuya soy en el caviar de tu boca
manjar que me eleva a cabalgar tornados
amanecer en los brazos de tu aurora
y catar otros sabores en las calles del destino
como buen vino que dibuja una sonrisa
sangre tatuada con el arpegio de tu velo en vuelo
embriagarse es querer abastecerse de todos los puntos cardinales
que me traen tus tantos espejismos .de lluvias de soles garabatos
colgarme de una rama,escaparme del espejo fundir tu rostro en mis manos
beberte en el reflejo de aquel acantilado oler al barro a roca de tu canto
donde amar es encontrarse con la muerte, esa muerte que cala mis huesos con tu nombre,
esa muerte que no tiene relojes y me hace acariciar tus alas junto al infinito

martes, 14 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - CUENTOS DE BRASERO

DANIEL CAMPODÓNICO F.

LA ADIVINA


Aquel hombre, que venía caminando junto al cordón, pisando los adoquines de un barrio extraño… reconoció de inmediato a esa casona que se imponía en el medio de la cuadra; quedó petrificado observándola; era la casa abandonada donde jugaba de niño, su viejo barrio, y ni siquiera se había dado cuenta. Allí parado, giró lento trescientos sesenta grados mirando… el progreso había tomado cuenta del lugar, de su infancia ya sólo quedaba allí esa casona, inmortal.
El muro de dos metros y medio de alto, con su portón de doble hoja oxidado y entre abierto, daba paso a un jardín enmarañado y selvático; más atrás, profundo en el terreno se levantaba la construcción, enorme y gris. Tras sus ventanas esmeriladas le sorprendió ver una silueta, una silueta encorvada, una silueta que lo espía, una silueta… y chirria la reja por un gato que pasa corriendo y mueve el portón, salta trepa y queda parado, lamiendo su pata sobre un cartel de madera escrito a mano:
Se adivina la suerte

Sintió el frío del hierro cuando empujó el portón… que abrió fácilmente, el gato lo acompañó por el sendero hasta la casa, peldaños, polvo y telarañas en una puerta que ya estaba abierta… aplaudió:
-¡Buenas…!
El gato entró corriendo, atravesando el gran salón subió unas escaleras de madera apolillada y en el descanso, se quedó parado, mirándolo a los ojos
-Sube… –le dijo una voz firme- …te estaba esperando -y no parecía de anciana.
Su nariz le advierte de un aire húmedo, viejo y encerrado, pero la penumbra se aclara mientras sube por las escaleras. El segundo piso era bien distinto, olía a fragancia fresca, la brisa cálida entraba por un ventanal abierto al completo haciendo flotar las cortinas blancas, ligeras, casi tocando las espaldas de la joven que destacaba sentada tras una mesa caoba, toda labrada, y con  una extraña forma de luna menguante; en su mano izquierda, un mazo de cartas de gran tamaño y con su derecha, una a una las colocaba en procesión sobre la mesa… como si el hombre no estuviera frente a ella. El felino ágil, trepó a la media luna sobre una de sus puntas y esto quebró su trance:
-Tome asiento -le dijo señalando con su mano al frente de la mesa… y no había silla.
El hombre avanzó y quedó parado:
-Estos naipes me han hablado de usted, me han dicho que hoy vendría 
–¿Así…  qué curioso…  y qué más te dijeron?
La sibila dio vuelta seis cartas, acomodándolas sobre la mesa para formar con ellas, dos triángulos:
-Tuviste una buena infancia; puedo ver la casa donde vivías junto a tus padres… y a tu abuelo, y te veo a ti, jugando en el jardín a la pelota con el anciano, fue él quien te enseño el juego; tu padre trabajaba el día entero, pero siempre a su regreso te traía un obsequio: un chocolate… una golosina…, un día trajo consigo una camiseta de tu equipo favorito: ¿recuerdas ese día, recuerdas la camiseta autografiada?
El hombre, algo aturdido por la exactitud de los detalles, intentó responder con normalidad:
-Claro que me acuerdo, si todavía la tengo guardada en un cajón…  -Mintió.
-Sí… has tenido una buena infancia, hasta el final de tu adolescencia, cuando tu madre falleció. Los siguientes años fueron oscuros, la depresión  tomó cuenta de ti haciéndote caer en un espiral descendente… hasta que conoces a Estela, ella te sacó de allí; poco después la habéis desposado, y así nació tu primer hijo, una niña, le has puesto Adela por nombre según la gracia de tu madre, tiempo después, habéis comprado un perro para completar la familia.
El hombre aún de pie, observó con ternura al gato mientras recordaba su vida pasada, y trayendo imágenes que creía olvidadas, lo acarició de la cabeza a la cola, varias veces. El felino comenzó a ronronear.
La cartomántica, dio vuelta una séptima carta y la colocó en medio de los dos triángulos.
-Este naipe, ya no nos habla del pasado, nos ha de contar tu presente
     -Leélo no más, que ya me esta gustando
-Primero tome asiento, ya se lo he pedido antes –Y con su mano extendida señaló nuevamente, el hombre se dio vuelta para ver y casi se cae… tropezando con una silla que tenía a sus espaldas pegada a las pantorrillas. Luego de tomar asiento la adivina continuó:
-Tu hija y tu perro han crecido, tu relación con ellos ha cambiado, ya no los tratas igual, tampoco a tu mujer pero la peor parte, se la está llevando el perro
     -Que interesante che, ¿y podes contarme del futuro?   
     -El futuro no es de gracia, has de pagar por el
-Tomá doscientos pesos –y los dejó sobre la mesa junto al gato- pero contame algo bueno he
-Siete naipes para el pasado, siete naipes para el futuro; es todo lo que puedo hacer por ti
La sibila recogió las cartas de la mesa, barajo, y dispuso nuevamente seis de ellas, pero esta vez, cerrando un circulo preciso.
-Veo disputas, discusión y malos tratos. Tu mujer se apartará de ti, y se habrá de llevar a la niña con ella, pero no al perro. Desahuciado y enfurecido, te desquitarás del animal, finalmente, lo dejarás abandonado a su suerte, habrás de caer así en una depresión muy grande, similar a la de tu adolescencia, pero esta vez, habrás de enfermar gravemente… y morirás
     -¿Cómo que me voy a morir, cuando será eso?
     -Pronto… muy pronto
     -Me estas mintiendo, eso no puede ser verdad
-Tranquilo, no corráis prisa, aún queda la séptima, y última carta por tirar…
Así la joven dio vuelta la séptima carta, colocándola en el centro del círculo y aclaró:
-Es este el naipe de los cambios espirituales, las grandes transformaciones
-¿Entonces no moriré?
-Sí morirás, las cartas no se equivocan y tu muerte, ya ha sido echada, pero luego todo cambiará para ti
-Me iré al cielo… seguro
-No, eso no sería un cambio… sería el camino habitual, tú sufrirás una gran transformación
-¿transformación… cuál transformación?
-No quedan ya más naipes por tirar… pero tengo algo aquí, en este cajón, que nos lo puede decir… pero claro, todo tiene su precio -Dice la brujita mostrándole la palma de su mano extendida.
El hombre rasco sus bolsillos y le dio todo lo que tenía, hasta el reloj. En la mesa de luna, chirrió el cajón al ser abierto y surgieron de allí, una serie de pequeños pergaminos o más bien: trozos de pergaminos, con sus bordes desparejos, algo deshilachados y llenos de jeroglíficos incomprensibles; la pitonisa los colocó uno a uno en forma de abanico abierto sobre la mesa, y explicó:
-Estos papiros fueron hallados junto al Libro de los Muertos; tú escoge uno y sólo uno, pero escoge bien, porque las posibilidades son muchas… pero la transformación: es una sola
El hombre dudó pasando su mano sobre los papiros, para él todos iguales… y finalmente escogió. Lo tocó con su índice primero y esto hizo erizar al gato, que encorvó su lomo mostrando los dientes y lanzando zarpazos al aire; saltó de la mesa y huyó; el tipo lentamente le dio la vuelta, y se mostró la figura inconfundible, de un hombre con cabeza de perro.

                                                        DCF

jueves, 9 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - CUENTOS DE BRASERO

PATRICIA HELENA VÉLEZ R.

EMBRUJO

El muchacho le pidió una foto con el argumento de que lucía como una muñeca y deseaba con intensidad tener una imagen suya. Eran conocidos, más no estrechos amigos; unos meses atrás los presentaron en casa de una prima, se habían visto cuatro veces y por primera vez hablaban a solas. A Flor le pareció un poco extraño que se atreviera a hacerle tal petición, así que caviló sobre ello entre tanto conversaban, e incluso pensó que él olvidaría el asunto, pero no fue así; antes de despedirse, Carlos Manuel reitero su solicitud con gran delicadeza, ante lo que se vio desarmada y le dijo que sí, segura de que ya no se acordaría en la próxima oportunidad que se encontraran.

Caminó de regreso a casa por el sendero montuno, jugueteando con las ramas de los árboles que encontró a su paso, recogiendo piedrecillas que luego lanzó a los charcos dejados por el reciente aguacero y arrancando flores con las que adornó su cabello. Demoró más, se empantanó los zapatos y enmugró las medias, pero necesitaba recrearse con la naturaleza y disfrutar el ensueño de saberse cortejada; hasta el momento no había tenido novio y esa posibilidad, más que halagarla, la puso en alocada sintonía. Al llegar fue al cuarto, directo a sacar de bajo la cama el cofre de hojalata donde guardaba recuerdos, tarjetas y algunas fotografías sueltas, entre las que se hallaban las últimas que se tomó en la mejor fotográfica de la población y que su madre, al verlas tan hermosas, copió e hizo retocar.

Regó la baraja de imágenes como un abanico sobre la cama y se sentó al borde, en el piso, para observarlas una a una y decidir cuál le daría a Carlos Manuel. Al poco tiempo su hermana, con quien compartía la habitación, fue a hacerle compañía y se unió a la tarea de mirar y seleccionar, en cuanto se enteró de los motivos que tenían a Flor en aquella actividad, a la que le siguió, mirarse de cuerpo entero, hacer caras sensuales y agrandar el escote de la blusa, frente al espejo redondo del enorme tocador antiguo de madera oscura, que hacía juego con las camas y decoraba la habitación, donde terminaron ambas realzando la belleza de sus rostros, maquillándose la una a la otra.
María Isabel, quien como su madre, creía ciegamente en las virtudes y maleficios de las pitonisas que abundaban en las veredas, en medio de la diversión, le advirtió a su hermana que debía hacer rezar el retrato antes de dárselo a su amigo, para que no fueran a usarlo con el ánimo de hacerle algún hechizo o sembrarle un amarre postizo, por cuanto según el decir de las abuelas: -Las brujas no existen, pero que las hay, las hay-. La animó entonces a que fueran donde una vieja que ella conocía para que le hiciese un amuleto; era mejor prevenir que lamentar, así que suspendieron el salón de belleza en que andaban y volviendo al asunto de la escogencia, decidieron darle una reciente, de las que mamá se enamoró, en la cual Flor aparecía de medio torso, con el pelo suelto, sus ojos verdes deslumbrantes mirando al infinito y mostrando un leve perfil que destacaba sus delicadas y atractivas facciones.

Al día siguiente María Isabel contactó con la hechicera y en la tarde, al salir de la escuela las dos hermanas emprendieron el camino hasta donde la señora, quien al cabo de un rato, ya estaba mirando el retrato, haciendo sahumerios, ritos y rezos y arreglando pócimas y polvorines, que metió en un cojincillo de tela roja y selló con aguja y dedal en mano, antes de advertirle a Flor que debía cargarlo siempre consigo, pues si bien la imagen ya estaba protegida, los arreglos le mantendrían el aura cerrada para todo maleficio y toda cosa o persona negativa que fuese contrae ella o pretendiese hacerle algún trabajo a fin de perjudicarla o manipularla. Flor guardó la foto en la billetera y colgó el contra con un gancho en las juntas del corpiño. La rezandera agregó, que si llegaban a intentar algo a través de la estampa, ella lo sabría porque le tomaría un odio profundo a quien tuviese la osadía.

Dos semanas más tarde, Carlos Manuel fue a buscarla a la salida de la escuela para invitarla a comer un helado y después de la larga charla que tuvieron en la heladería; por la carretera de caminada hacia la casa, le preguntó si ya le tenía la foto. Flor se lo gozó dándole caramelo y haciéndole creer que sería en otra ocasión, pero cuando estaban por llegar, hizo que cerrara los ojos mientras buscaba en el bolso, escondió sus manos tras la espalda y pidió escogiera una; si daba con la que era, el papel fotográfico sería suyo. Rieron unos minutos con la charada, durante los cuales Flor trampeaba cada vez el anhelado premio, hasta que por fin se lo entregó. La felicidad del enamorado, quien se dejó ir y le estampó un beso en la mejilla, se reflejó en su rostro, sus ojos se agrandaron, la sonrisa nacarada resaltó esplendorosa y en todo su cuerpo se balacearon las emociones con la ingenua expresividad de un niño.

Los muchachos siguieron viéndose por un tiempo, y Carlos Manuel reprodujo el retrato en una hermosa pintura que le regaló más adelante a Flor, sin atreverse a manifestarle sus deseos de que fueran algo más que amigos; no había afán y deseaba que antes lo amara; pero mientras tanto le resultó otro pretendiente a ella, más maduro y con quien estableció una relación formal, aprobada por sus padres, ya que era un buen partido para casarse y aunque era muy niña, en el pueblo no era raro que las jovencitas de diez y seis o diez y siete años, se casaran con hombres de veinticinco o treinta. Por lo tanto dejó de verse con el chico, a quien siempre vio como un amigo, en especial porque era casi de su misma edad y lo que tenía en mente era ennoviarse con posibilidades de arreglar una boda. El joven entró en un estado de desesperación tal, que su abuela lo notó y se propuso averiguar qué sucedía a su consentido. Una vez lo supo, como su mejor amiga y consejera, lo llevó donde una vieja comadre que sabía de brebajes y conjuros de amor, contando con la foto que tenía, con el fin de centrar la atención de los sentimientos de Flor en su acongojado nieto.

A las pocas semanas, Carlos comenzó a notar que le pasaban acontecimientos sorpresivos muy raros y negativos. Se le perdían cosas de modo extraño, las chicas se burlaban de él en público, Flor no lo saludaba y una racha de mala suerte lo acompañaba a todas partes donde llegaba o por doquier iba, al punto en que ya inquieto y asustado le comentó los hechos a la abuela, quien lo acompañó de nuevo donde la conjuradora, quien les informó al enterarse de lo ocurrido, que la imagen estaba rezada y además la chiquilla tenía un contra. La única solución era hacerle un exorcismo a las atribulaciones generadas. Además de lo que ella haría, Carlos debía encender una veladora permanente en casa, lavar la fotografía con agua fresca, secarla al sol, quemarla en un campo abierto y echar al viento las cenizas, de manera que éste se las llevara a sus espaldas, lo cual no evitaría que la muchacha, quien ya estaba enterada de que trató de amarrarla por la fuerza manipuladora de un embrujo amoroso, lo odiara de muerte para siempre.

martes, 7 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - A DEFINIR

VÍCTOR ROCCO

ILUSIÓN


Que el rocío de la mañana no te encuentre
Con la piel arropada,
Ni tu voz este ausente de mis tardes tristes,
Provocaré en tus ojos un eclipse
En el minuto que seamos
Versos libres para poetas.

Pide a Dios que mis manos no te falten
Y que sea mi torso un cometa
Que desabroche en tu espalda,
¡Mi niña de sueños alados!
Acalla con tu abrazo las lagrimas
Que destila el ocaso,
La tarde está naciendo
Y mis dedos quieren ser espigas
En tus manos libres,
Que mi pan sean tus labios
En la mesa y mi boca mantequilla
Tibia que corra por tu cuello.

No dejaremos migajas
Que desvirgue al mantel,
Seremos precavidos en lo puntual,
Impuro no será tu sostén
Descansando en la silla
Ni grotescas las palabras
Que giren en el piso,
Haremos vida de la vida,
Como espuma alba gimiendo en el mar,
Carrusel en sueños de seda
Que una mañana nos despertó
Con la piel anclada En un beso tuyo…


Osorno –Chile

lunes, 6 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - EN DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE

JUAN FRAN NÚÑEZ PARREÑO

ACCIÓN - REACCIÓN


No habrá ningún pez en los mares,
no se verán flores sobre las tierras,
no blanquearán nieves en las sierras,
no se estará cómodo en los hogares.
Habrá desiertos muertos a millares,
habrá muchas más y mayores guerras,
nuestra existencia serán vidas perras,
así será por todos los lugares.
Éstas serán algunas reacciones
de las muchas que habrá por las acciones
que entre los in-humanos cometemos,
y que contra el planeta arremetemos,
ya lo estamos viendo en nuestro presente,
pero no tenemos frente ni mente.

viernes, 3 de septiembre de 2010

TEMA DE ANTOLOGÍA - A DEFINIR

De Poetas de Hoy


Y volví el rostro y vi todas las injusticias que hay bajo la capa del cielo, y he aquí que había lágrimas en los que padecían injusticia sin que nadie los consolara, y los que cometían la injusticia eran demasiado poderosos. Y alabé a los muertos, porque habían muerto ya.
Alfred Döblin, Berlín Alexanderplatz

FANNY JEM WONG

AFILANDO EL HACHA


I
Es el cuerpo
el que hoy domina,
el que acapara la vida
y la aplasta.
Repugnantes sensaciones,
cansancio,
agotamiento,
enfermedad.
¿Quién demonios lo sabe?
Adolorido desde sus bases
hasta su desolada cabeza,
en donde las ideas se achatan,
enmudecen, no cantan.
Tras las rocas
se desliza la niña rota
como negra arena
hacia el abismo.

II
Corazón enfermo
yaces sobre fuego
en la cumbre del dolor disperso,
tras los muros de tu casa
en donde escucho tu llanto
florecer al viento
entre circunferencias celestes
y rayones sicodélicos.

III
Dolor, bendito dolor
Cuanto te he invocado
Cuanto te he querido
reafirmación constante
de mi existencia,
diste vida a las palabras,
estimulaste mi voz,
te alzaste entre descomunales gritos,
otorgándole sentido al lenguaje
de mi linfa descompuesta,
de mis arterias obstruidas,
de mis tejados ruinosos,
de mis negros laberintos,
de mis espejos rotos.

IV
¿Dónde está la verdadera muerte?
Esa no existe…no existe…no existe
Siempre escucharé su voz, siempre.
No olvidé amigo mío afilar el hacha,
simplemente me cansé de hacerlo…
Una y otra vez….Una y otra vez….
Perdida, agazapada entre silencios.

V
La loba está pariendo versos
rojos, negros, blancos, verdes….
El dolor preparó el terreno,
regocíjate en tu sufrimiento
aúlla fuerte loba salvaje,
grito sagrado de la naturaleza.
Álzate como una reina,
bebe de la fuente
y desde el centro mismo
de un enorme círculo concéntrico
unos tras otro, pare a tus hijos
hasta desgarrar de tu matriz
las purpuras enredaderas.

VI
El tiempo y la muerte gritaron de salida
a nosotros , a los niños muertos.
De sus pestes y su ira solo despojos
Las bestias permanecerán por siempre
enredadas entre sus viseras.
Ciegas, cubiertas hasta la saciedad de veneno
de esputo, de la mierda con la que nos cubrieron
La vida ha restituido al silencio su hechizante canto
aquel que endureció nuestros pechos,
aquel que arrugo nuestras carnes,
aquel que desvío nuestras veredas
pero que jamás pudo secar nuestras fuentes
otorgándonos un rostro más humano .


VII
Hasta el último instante
de mi pequeña existencia
seguiré repitiéndote
lo mucho que te amo
y si permitieras
que una sola sombra de duda
atravesara tu mente
querrá decir que nunca
pudiste verme….

FANNY JEM WONG
LIMA PERÚ
03-09-2010